El pastel de hoy es como los que a mi me gustan: mezcla de texturas y sabores.
La cremosidad del interior con el crujiente de arriba y la acidez de las frambuesas con el dulzor del chocolate blanco.
¡Entra por los ojos y además está buenísimo!
Ingredientes para la base:
- 50 gr de mantequilla
- 150 gr de azúcar
- 220 ml de leche
- 1 huevo
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 300 gr de harina
- 1 cucharada de levadura química
- 125 gr de frambuesas
Ingredientes para el crumble:
- 90 gr de harina
- 40 gr de mantequilla
- 60 gr de azúcar
- 50 gr de nueces machacadas
Elaboración:
- Tamizamos la harina con la levadura y reservamos.
- En otro recipiente mezclamos la leche con el huevo, la mantequilla derretida y la vainilla.
- Añadimos el azúcar y a continuación la harina poco a poco hasta que quede una masa homogénea.
- Echamos el chocolate rallado o triturado y mezclamos.
- Por último añadimos las frambuesas. Las podéis rebozar antes un poco por harina para evitar que se vayan al fondo del molde. Mezclamos con mucho cuidado.
- Vertemos la masa en un molde enmantecado y enharinado para que no se nos pegue y horneamos a 180ºC durante más o menos media hora.
- Nos interesa que quede hecho pero no muy dorado.
- Mientras está en el horno podemos ir haciendo el preparado para el crumble: mezclamos con las manos la mantequilla con la harina y a continuación el azúcar y las nueces. Quedará una masa grumosa.
- Con nuestra base fuera ya del horno, espolvoreamos el crumble por encima y volvemos a meter al horno a la misma temperatura por unos 20 minutos.
- El crumble nos habrá quedado dorado y crujiente y la masa de abajo bien cocida pero con cierta humedad.
Mucho mejor si lo servimos templado. Si lo hacéis con tiempo, se puede meter unos segundos en el microondas antes de comer. Y si lo acompañamos con un poco de nata montada o helado, PERFECTO.
¡Nada mejor para celebrar la llegada de la primavera!
¡Qué ganas ya!
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