Los scones son unos bollitos típicos de Inglaterra, muy sencillos pero riquísimos.
Cuando estuve trabajando allí (hace ya unos añitos) me volví una auténtica adicta. Y eso que yo los compraba de supermercado. Nada que ver, claro...
Lo que más me gusta de ellos es que tienen un punto de humedad que les da un toque especial y además se pueden combinar de muchas formas: con mantequilla, miel, mermelada... En Inglaterra se suelen tomar con el té, pero a mi me encantan en cualquier momento.
Aprovecho también para enseñaros dos roscones de reyes, que no son míos pero desde luego tenían que aparecer aquí porque me parecen espectaculares:
El de la madre de Daniel (mi chico). Iba bien cargado ¡por fuera y por dentro! Y por supuesto, estaba buenísimo.
Y este le hizo mi amiga Isa. No tuve el gusto de probarlo pero ¡la pinta es estupenda!
Espero que os haya gustado. ¡ Feliz comienzo de semana !
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